En la madrugada del 21 de diciembre de 2022, ocurrió el nacimiento de un osezno de la especie Tremarctos ornatus, conocido comúnmente como oso andino u oso de anteojos, en el Parque de la Conservación, entidad dedicada a la protección de la biodiversidad.
El nuevo individuo es hijo de la hembra de nueve años de edad y del macho de cinco años de edad, el cual recientemente inició su etapa de madurez reproductiva.
Actualmente, el osezno está finalizando su período crítico, es decir, sus primeros tres meses de vida, en los cuales depende exclusivamente del cuidado de la madre y de la leche materna como único alimento y en los que la probabilidad de morir es alta.
El equipo veterinario del Parque de la Conservación ha realizado un seguimiento del individuo infantil de oso andino, el cual presenta un aparente buen estado de salud; su desplazamiento, sentidos y comportamiento son normales para su edad.
Las evaluaciones se han realizado a distancia para evitar interferir negativamente en la crianza del ejemplar, por ello, una vez superada esta etapa tan difícil para su sobrevivencia, se podrán iniciar los manejos individuales, que incluyen revisiones médicas, pesaje, verificación del sexo, entre otros, para establecer un diagnóstico más preciso de su salud.
En ese sentido, los animales de la población del Parque de la Conservación se encuentran integrados a un programa de medicina preventiva que incluye evaluaciones médicas rutinarias según la especie y su estado de salud.
Para el caso de los osos andinos albergados, se realiza un examen médico anual de individuos bajo anestesia, para una revisión integral por medio de radiografías, ecografías, exámenes de sangre para hematología, química sanguínea, detección de patógenos por métodos moleculares, evaluación con especialistas en oftalmología, odontología, entre otros.
De esta forma, se extrae la mayor información del estado de salud para así brindarles las mejores condiciones de bienestar a nuestros pacientes.
Los Tremarctos ornatus son los únicos osos de Suramérica, siendo solitarios, excelentes escaladores y pueden presentar actividad tanto diurna como nocturna.
Es una especie tímida que tiende a huir del ser humano, pero peligrosa si se siente amenazada.
Son animales oportunistas y omnívoros, su dieta incluye una gran variedad de frutas, proteína animal y material vegetal, principalmente plantas de la familia bromeliácea. Pueden llegar a pesar hasta 175 kilogramos.
Sobre su biología reproductiva se puede mencionar que tanto machos como hembras son aptos reproductivamente desde los cuatro años de edad; las hembras tienen varias etapas de receptividad sexual durante el año para garantizar la fertilización y pueden retardar la implantación del óvulo fecundado en el útero durante varios meses, buscando las mejores condiciones ambientales para el nacimiento.
Los oseznos nacen con los ojos cerrados y los abren a los 30 días, permanecen junto a su madre en cuevas (siendo este comportamiento casi exclusivo de la especie) entre tres y cuatro meses, cuando los infantes expresan comportamientos exploratorios. A los seis meses del parto comienzan a alimentarse de frutos y vegetales, a los 12 meses ocurre el destete y a los dos años se independiza completamente.
En la crianza in situ, las osas tienen la capacidad de entrar en un ayuno prolongado, de hasta 3 meses, tiempo que dura la etapa crítica del osezno, los cuales son altriciales, es decir que nacen ciegos, sin los conductos auditivos abiertos, sin pelo y con una movilidad muy limitada, por lo que dependen totalmente de los cuidados parentales.
En el manejo de crianza ex situ, pasadas 72 horas posparto, el Promotor que le brinda sus cuidados habituales, con el cual tiene un vínculo de confianza establecido, es el encargado de ofrecer exclusivamente alimentos secos de su mayor agrado o palatabilidad, esto con el fin de evitar el crecimiento bacteriano que se puede desarrollar en los alimentos frescos, ya que ella llevará los alimentos a su madriguera.
De este modo se suministran suplementos alimenticios que promueven los nutrientes necesarios para garantizar la producción de leche de alta calidad para el osezno, el cual tiene un desarrollo bastante rápido; a la edad de 3 a 4 meses desarrolla una conducta exploratoria con los alimentos sólidos y, por imitación a su madre, empezará a consumirlos. Es en este momento donde comienza una transición alimenticia que le facilitará la experimentación de nuevos sabores y texturas.
A través del trabajo y cooperación interinstitucional, en función de la construcción y generación de acciones para la preservación de ecosistemas vulnerables, es que el Parque de la Conservación prioriza en su población especies con un alto valor ecosistémico, como es el caso particular del oso andino, categorizado como una especie objeto de conservación, único en Suramérica, endémica de los andes tropicales y con amplia distribución en Colombia.
Es considerado una especie sombrilla, clave para los ecosistemas andinos ya que posibilita los diferentes mecanismos de regeneración de bosques, a través de la dispersión de semillas, la movilización de materia y el ciclado de energía.
Sin embargo, este gran mamífero se encuentra categorizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, según resolución 1912 de 2017, como una especie vulnerable (VU).
Ha sido ubicado en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora silvestre (CITES), lo que significa que es una especie que no puede ser comercializada a nivel internacional, condición generada principalmente por la reducción de su hábitat a causa de los diversos impactos ambientales negativos generados por los seres humanos.
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Desde su transformación como albergue de fauna silvestre rescatada por las Autoridades Ambientales, el Parque de la Conservación ha protegido a los osos de anteojos. Actualmente, se encuentran en este espacio cuatro individuos:
Finalmente, como parte del trabajo conjunto que se viene realizando entre el Parque de la Conservación y las autoridades ambientales, Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Corantioquia, se evaluará el destino que tendrá este individuo.
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